Muchos años antes de la creación de la Provincia de Los Ríos por el Dr. Gabriel García Moreno en 1860, existía un pueblo habitado por indios colorados que más tarde tomó el nombre de SAN PABLO a orillas del antiguo cauce del Río Pílalo, destacándose entre todas las familias las de Jerónimo Gendes, Juan Aguabili, Manuel Taitacó, Juan Cagua.
En 1864 llega a este pueblo Don Camilo Arévalo Rivadeneira, oriundo de Otavalo y de profesión sastre, quien también se dedica al comercio y especialmente a la compra de caucho. Gracias a esta actividad logra hacer muchas amistades entre los habitantes del poblado y los comerciantes que venían de Guayaquil, por lo que el incipiente comercio pronto logró mejorar.
En 1868 el Cura Ramos se traslada a este pueblo en compañía de varias personas, siendo muy bien aceptadas por sus habitantes y por Don Camilo Arévalo Rivadeneira.
El Cura Ramos junto con Don Camilo Arévalo inician el ordenamiento de la población y también el adoctrinamiento de sus gentes, procediendo a bautizar a sus habitantes con nombres en castellano, dejando los nombres aborígenes y conservados sus apellidos.
El progreso de la población es notorio, más aún, cuando construye una capilla con materiales del medio y hace la entrega a una campana de bronce.
En 1872 en el desbordamiento del Río Pílalo ocasionando la destrucción del pueblo de San Pablo de los Colorados, desde cuya fecha los nativos cambian el nombre de Río Pílalo por Rio San Pablo como se conoce hasta hoy. Sus habitantes se dispersas por muchos lugares y una gran parte acompañada a Don Camilo Arévalo y se asienta a la zona de Chillovado aleñada a valencia.
GREGORIO VALENCIA.- En el año 1887 se estableció a orillas de un estero que hoy llamamos Valencia, a la altura del actual cementerio, un hombre de color llamado Gregorio Valencia, que practicaba el empirismo y la hechicería, por cuya razón era muy conocido y al mismo tiempo temido. Como en lugares donde se estableció era paso obligado para los vivientes de la zona, en primer lugar, bautizaron al estero con el nombre de Valencia. Poco a poco al sitio llegaron nuevos moradores y fue tomando forma caserío y quienes se dirigían a lugares invitaban VAMOS DONDE VALENCIA, nombre que se fue generando en denominador común y dese ya el nuevo poblado tomo el nombre de VALECIA.
“En la paz del estero naciste
Cobijada de luz y de encanto
Hoy reciben princesa mi canto
Con las quemas de mi corazón”